Morón de la Frontera, como enclave que ha sido históricamente de gran tradición flamenca y sobre todo guitarrística, organiza todos los años el festival flamenco del Gazpacho Andaluz con el objetivo principal de la revalorización y puesta en valor del flamenco, siendo éste uno de los elementos singulares dentro del patrimonio cultural de Morón de la Frontera.
Entre los objetivos del festival flamenco en cada una de las ediciones que se realizan, se encuentra el abarcar un mayor número de público, intentando satisfacer la creciente demanda de este tipo de actividades vinculadas al mundo del flamenco que en cada edición se palpa. Desde hace varios años tanto por parte de los habitantes de Morón de la Frontera como de los visitantes al municipio se demandaba más variedad de actividades en un período más amplio y no sólo la noche flamenca.
Por este motivo y a partir del conocimiento de esta demanda en Morón de la Frontera cada año se ponen en marcha un conjunto de actividades paralelas abarcando también otros espacios públicos en la localidad, dando a conocer el resto de recursos turísticos de Morón de la Frontera.
El Gazpacho Andaluz es uno de los festivales más antiguos de la provincia de Sevilla y más tradicional de la época de verano, con más de cincuenta años de antigüedad.
Fue uno de los festivales que nacieron en Andalucía al rebufo de la revalorización que trajo consigo concursos, cátedras, peñas y antologías. Festivales que se celebraban en verano, en espacios grandes y abiertos, como aún se siguen celebrando, lo que dio pie a que se creara un circuito de contrataciones que intensificaba el trabajo de los artistas en la época estival. Así que los festivales reemplazaron, por una parte, a las compañías de variedades con atracciones flamencas que Pepe Marchena, Juanito Valderrama y Dolores Abril, Antonio Molina o Rafael Farina, llevaban por los pueblos de Andalucía. Por otra, significaron un gran alivio para el aficionado que ya no tenía que aguantar a cómicos, vedettes y malabaristas para poder escuchar un poco de cante en condiciones.
Y asimismo, complementaron la oferta que ofrecían los tablaos que, pensados fundamentalmente para los turistas, no satisfacían a los aficionados más exigentes y tradicionales que buscaban el cante más clásico y jondo que sí, en cambio, les ofrecían los festivales.
De aquellos Gazpachos de los sesenta y los setenta nos queda el testimonio de muchos aficionados que los recuerdan y también las crónicas y los artículos de la Revista de Feria del Ayuntamiento en la que todos los años se hacía un balance del Gazpacho de ese año, y de la prensa provincial: de ABC y del Correo de Andalucía sobre todo.
El Gazpacho Andaluz también nació con el deseo de ofrecer cante puro y duro, como manifestaban los organizadores del evento cada vez que tenían ocasión.
El Festival que, en principio, le sirvió de referencia, dada su vinculación flamenca con Morón, fue el Potaje Gitano de Utrera, creado en 1957. Un festival al que Diego del Gastor había estado muy vinculado desde sus comienzos, pues había participado en los primeros y además casi desinteresadamente. Le daban un regalito o tenían un detalle con él pero nada más. Por otra parte, Diego se llevaba muy bien y mantenía una estrecha relación con las grandes familias cantaoras de Utrera con los Peña, con los Fernández, con los Pinini, que era la familia de Fernanda y Bernarda de Utrera, etc
El Gazpacho Andaluz de Morón nació en el año 1963, a iniciativa de Radio Morón-Emisora Sindical y el Excmo. Ayuntamiento de Morón, para beneficio de las Hermanas de la Cruz. El nombre tan peculiar proviene, aparte de un concurso de nombres patrocinado por Radio Sindical, de las consumiciones incluidas en el precio de la entrada: por 300 pesetas, un plato de jamón, media botella de vino, y un lebrillo de gazpacho.
El I Gazpacho Andaluz que se realizó en Morón de la Frontera tuvo lugar el 31 de Agosto de 1963 patrocinado por el Ayuntamiento de Morón.
En aquellos tiempos, mucho antes de la celebración del primer Gazpacho, el cante estaba en Morón a la orden del día. Casi en la mayoría de las tabernas, con el cartel de prohibido el cante, se escuchaba flamenco. En los bares y tabernas, cualquier aficionado, con dos copas de más o sin ellas, era capaz de arrancarse a cantar un fandango. De ahí que muchos bares pusieran el cartel de "Prohibido el cante" para prevenir los altercados y peleas que solían originar las borracheras de vino peleón, con las consiguientes protestas de los vecinos.
Había muchas fiestas, con Diego del Gastor y más gente. Una de las tabernas más conocidas y concurridas en los años 50 fue la del Disloque. Además del Disloque, a mediados de la década de los cincuenta empezó a funcionar otro bar que iba a tener mucha importancia en el desarrollo del flamenco local durante las dos décadas siguientes, hasta que cerró en 1980. Se trataba del bar de Pepe, situado en la esquina de la calle Arquillos con la Plaza de San Miguel. Un lugar de encuentro de artistas y aficionados locales, foro de tertulias y de reuniones de apasionados por el flamenco, por el que habitualmente paraba Diego del Gastor, convertido ya en el primer artífice del toque de Morón. Un toque que habría de convertirse en un símbolo inequívoco de la identidad cultural y flamenca de la ciudad.
Por otro lado, Antonio Camacho era un señorito muy aficionado, y al bar Caza y Pesca había traído ya a Juan Talega, Caracol, el Pinto, Emilio el Moro, Marifé de Triana…
Los aficionados primitivos que organizaron el primer Gazpacho fueron Indalecio Alemán, Paco Ayala, Antonio Pastor, Manuel Villalba, José Higuero, Luis Camacho (propietario de Radio Morón- emisora sindical) y Pepe Marín, que era secretario del alcalde y hacía funciones administrativas.
En 1963 ya estaban los americanos en Morón. Radio Cadena Española (RCE) publicitó mucho el Gazpacho. El primer año se quiso hacer en el Bar Alemán, pero como el espacio se quedaba chico se fueron en frente, en el Casino de la Alameda, donde se echaban unos toldos y se ponían algunos municipales allí para que no se pudiera ver el festival desde fuera. La entrada costaba 300 pesetas y se daba media botella de vino, un plato de jamón y gazpacho en barreño de barro con la entrada. Los primeros festivales fueron a beneficio de las hermanitas de los pobres. El primer Gazpacho costó 90.000 pesetas.
El nombre del festival surge en un programa- concurso titulado Buzón de ideas, de la Radio Sindical de Morón, en el que se ofrece un premio a la mejor propuesta para denominar el festival, y entre muchas aportaciones de los oyentes se escoge la de Gazpacho nuestro plato andaluz por excelencia.
En las primeras ediciones, la Base Áerea de Morón colaboraba poniendo a disposición de la organización un autobús para recoger a los artistas participantes. Alberto García Ulecia fue el encargado y el primer año, en Sevilla, se recogía al bailaor Pepe Ríos, los aficionados Antonio Barrio, Pepe Caballero, Pepe Cabas y Antonio Luque (apasionados del cante de Manuel Torre), en la Cruz del Campo se suben Antonio Mairena y el poeta Ricardo Molina; en Dos Hermanas se suma Juan Talega; en Alcalá, Manolito de María; en Utrera, Fernanda y Bernarda más sus familiares, que llenaron el autobús y se tuvo que alquilar un taxi donde iban Antonio Mairena, Juan Talega, Manolito de María y Alberto García Ulecia.
A los primeros Gazpachos venía más gente de fuera que de Morón. Los presentadores como Rafael Belmonte, Juan Bustos o Manolo Garrido, que era de Morón de la Frontera, trabajaban en Radio Sevilla, y le daban mucha publicidad. Todo aquel que venía un año, repetía por la calidad y el respeto al arte.
A partir de la IV edición del Gazpacho, los ecos del "Gazpacho" y la figura relevante de Diego del Gastor ya empezaron a traspasar las propias fronteras locales, hecho que se consumó con la presencia del flamencólogo y guitarrista estadounidense, Donn E. Pohren.
Y por supuesto la figura de Diego del Gastor y su escuela. Y Joselero, que atraían a mucha gente. Por aquel entonces todos los Gazpachos terminaban con una fiesta. Cuando terminaba el Gazpacho, Diego del Gastor, Fernandillo, Anzonini, Joselero… se iban todos a comer calentitos a la Plaza de Abastos (que entonces abría a las tres de la mañana y tenía tres plantas).
Desde entonces hasta ahora han pasado muchas cosas, pero después de más de cincuenta ediciones (con un intervalo entre 1976 y 1979) el Gazpacho de Morón sigue conservando toda su esencia.
Morón de la Frontera muestra, además de su oferta cultural, una amplia oferta complementaria a sus visitantes. Descubre toda la información de interés referente a nuestra ciudad.
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