Prehistoria

Gracias a su carácter estratégico como frontera natural entre la Campiña y la Sierra Sur sevillanas, a lo largo del actual término municipal de Morón tenemos diferentes restos arqueológicos que nos hablan de la presencia del ser humano desde la Prehistoria, siendo especialmente destacable el Cerro de Santisteban, el yacimiento más antiguo de la localidad y en el que se ve la presencia de grupos nómadas de Neandartales durante el Paleolítico Medio, pasando por el Dolmen del Hoyo del Gigante y llegando hasta el Neolítico con el "Ídolo cilíndrico".

Morón de la Frontera se sitúa al sureste de la provincia de Sevilla, en un punto intermedio entre la Campiña del Guadalquivir hacia el norte y la Sierra Sur; siendo un lugar en el que se combinan llanuras relativamente extensas con un relieve de frecuentes lomas, alternando, a medida que nos separamos de la campiña, con relieves abruptos y entrecortados e incluso algunas elevaciones que llegan a altitudes de hasta 500 metros (sierra de Espartero o sierra de San Juan). En este paisaje también se encuentran valles o pequeñas explanadas.

En cuanto a su historia geomorfológica, se han detectado terrenos pertenecientes a las eras geológicas del Secundario (Liásico, Jurásico, Triásico), Terciario (Sistema Eoceno, Mioceno) y Cuaternario (aluvial). Los terrenos de la Era Secundaria se evidencian en riscos escarpados y en zonas abruptas como las sierras de Esparteros y de San Juan y caracterizados por la presencia de calizas duras, blanquecinas, amarillentas y grises, así como zonas con arcillas, margas irisadas o abigarradas.

Los terrenos del Terciario eocénico están formados por margas calizas blandas, de tonalidades blanquecinas y en formaciones de cerros suaves, así como por calizas más duras en formaciones más abruptas. En cuanto al miocénico, menos representado, está compuesto por margas calizas con gran cantidad de arena. Estos pisos en la Prehistoria se han utilizado para la construcción de espacios de hábitat, actividad o funerarios como se ha documentado en Morón y en otros lugares de Andalucía.

Por último, el sistema aluvial de arcilla, limo y arena del Cuaternario se detecta en los entornos de las vías fluviales. Esta historia geomorfológica condiciona la edafología local.

En cuanto a los recursos hídricos, destaca la presencia de dos afluentes del Guadalquivir, en mayor medida está el Guadaíra y, con un menor desarrollo por el término de Morón, el Corbones. Por otra parte, hay una gran presencia de arroyos como Buitrero, Amarguilla, Salado, del Cuerno, Encarnación o Santiesteban, cuyos recursos serán aprovechados por los primeros pobladores de la zona.

En cuanto a la riqueza mineralógica, destaca la presencia de rocas volcánicas, silíceas, cuarcitas, mica, jaspes, mármol, cholo negro, moronita o yeso.

Con estas características, Morón fue una zona muy aceptable para el asentamiento y desarrollo de las primeras sociedades.