Este restaurado edificio está situado en la calle Ramón Auñón o de las Morenas frente a la Plaza del Polvorón, plaza que quedó constituida cuando uno de los primeros propietarios del edificio compró casas de la calle San Miguel y mandó derribarlas para que se viera bien la fachada y portada de la casa-palacio. Es también conocido el edificio como Casa del Conde, Casa del Polvorón y Casa del Marqués.
Esta casa-palacio fue construida a finales del siglo XVIII. En su día fue declarado Monumento de Interés Histórico Artístico, en la actualidad está catalogado Bien de Interés Cultural, (B.I.C.), como Monumento.
Es uno de los edificios más singulares de la arquitectura civil de Morón, y se construyó siguiendo los números que se establecían en el calendario juliano, por ello se dice que la casa tenía 365 huecos entre puertas y ventanas, haciendo coincidir este número con el de los días del año; 12 patios y jardines, los meses del año; 52 habitaciones, número de semanas del año; 7 cuadras, días de la semana; 24 trojeras, horas que tiene un día; 60 grandes y largos pasillos, minutos que tiene una hora, etc.
En este palacio vivieron los condes de Miraflores, marqueses de Pilares, condes de Daoiz, etc., de cuyas nobles familias podemos destacar al historiador Cristobal Villalón, al almirante, político y escritor Ramón Auñón Villalón, el cual da nombre a la calle; y el poeta de la generación del 27 y cantor de Andalucía la Baja Fernando Villalón.
Tras la guerra civil, al ser abandonada como vivienda por sus últimos moradores, sirvió de sede y local de la Falange, pero es a partir de los años setenta cuando el palacio sufre los mayores deterioros, ya que es usado como almacén y, finalmente termina en ruina.
En el año 1980 se firma un acuerdo entre su propietario Ignacio Sánchez Ibargüen, marqués de Villar del Tajo y el ayuntamiento de Morón, en el que el marqués cedía al ayuntamiento esta casa-palacio, con una superficie de 1.040 metros cuadrados, para su restauración y posterior ubicación en ella de la Casa de la Cultura de Morón y que debería llevar el nombre de "Jerónimo Villalón Daoiz", en memoria de su tío y padre adoptivo, cumpliendo con ello con su deseo.
Tuvieron que transcurrir cuatro años para que se pudiera empezar el ambicioso y costoso proyecto que se le encargó y realizó el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra.
En cuanto a la portada e interior, la portada es de cantería y en su primer cuerpo está flanqueada por columnas corintias situadas sobre plintos y el dintel está resaltado por molduras y clave. El segundo cuerpo es adintelado y está flanqueado por columnas salomónicas y pilastras corintias que sostienen un frontón curvo con ángeles que portan un escudo. Por último dos escudos con cimera flanquean el frontón.
La casa-palacio posee tres plantas y sus balcones están provistos de herrajes de calidad.
Posee varios patios, pero uno de ellos destaca sobre los demás, éste posee dos cuerpos con galerías de arquerías de medio punto que se apoyan sobre columnas de jaspe de Morón y se decora con triglifos, pinjantes planos y esgrafiados.
La caja de la escalera que da paso desde este patio al segundo cuerpo de galería está cubierta con falsa cúpula oval, con yeserías de hojarasca y figuras alegóricas a las cuatro estaciones. Casi veinte años tardaron las obras de consolidación y restauración del edificio y finalmente se inauguró el 4 de octubre de 2000.
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